¿Qué es la administración de patrimonio o administración de la riqueza?
La administración del patrimonio (wealth management) es un servicio de asesoramiento de inversiones que combina otros servicios financieros para atender las necesidades de los clientes acaudalados. Es un proceso consultivo por el cual el asesor obtiene información sobre los deseos del cliente y adapta una estrategia a medida utilizando productos y servicios financieros apropiados.
Un asesor de gestión de patrimonio o gestor de patrimonio es un tipo de asesor financiero que utiliza el espectro de disciplinas financieras disponibles, como el asesoramiento financiero y de inversión, la planificación legal o patrimonial, los servicios de contabilidad e impuestos y la planificación de la jubilación, para gestionar el patrimonio de un cliente adinerado por una cuota fija. Las prácticas de administración de patrimonio difieren según la nación, como por ejemplo si se está en los Estados Unidos o en el Canadá.
Entendiendo la administración de patrimonio.
La gestión de patrimonio es más que un simple asesoramiento de inversión, ya que puede abarcar todos los aspectos de la vida financiera de una persona. La idea es que, en lugar de tratar de integrar los consejos y los diversos productos de una serie de profesionales, las personas de alto patrimonio se benefician de un enfoque holístico en el que un único gestor coordina todos los servicios necesarios para administrar su dinero y planificar sus necesidades actuales y futuras o las de su familia.
Si bien el uso de un gestor patrimonial se basa en la teoría de que puede prestar servicios en cualquier aspecto del ámbito financiero, algunos optan por especializarse en determinadas áreas. Esto puede basarse en la experiencia del gestor patrimonial en cuestión, o en el enfoque principal del negocio en el que opera el gestor patrimonial.
En ciertos casos, un asesor en gestión de patrimonios puede tener que coordinar las aportaciones de expertos financieros externos, así como de los propios agentes del cliente (abogados, contadores, etc.) para elaborar la estrategia óptima en beneficio del cliente. Algunos gestores de patrimonio también prestan servicios bancarios o asesoramiento sobre actividades filantrópicas.
Un asesor de gestión de patrimonios necesita personas ricas, pero no todas las personas ricas necesitan un asesor de gestión de patrimonios. Este servicio suele ser apropiado para personas ricas con una amplia gama de necesidades diversas.
Ejemplos de administración patrimonial.
Por ejemplo, quienes trabajan directamente en una empresa conocida por sus inversiones pueden tener más conocimientos en materia de estrategia de mercado, mientras que quienes trabajan en un gran banco pueden concentrarse en esferas como la gestión de fideicomisos y las opciones de crédito disponibles, la planificación patrimonial general o las opciones de seguro. El puesto se considera de carácter consultivo, ya que el objetivo principal es proporcionar la orientación necesaria a quienes utilizan el servicio de gestión de patrimonios.
Estructuras empresariales de la administración patrimonial.
Los administradores de patrimonios pueden trabajar como parte de una empresa de pequeña escala o como parte de una empresa más grande, generalmente asociada con la industria financiera. Dependiendo del negocio, los gestores de patrimonio pueden funcionar bajo diferentes títulos, incluyendo el de consultor financiero o asesor financiero. Un cliente puede recibir los servicios de un único gestor patrimonial designado o puede tener acceso a los miembros de un equipo de gestión patrimonial específico.
Estrategias de un administrador patrimonial.
El administrador patrimonial comienza por desarrollar un plan que mantendrá e incrementará el patrimonio de un cliente basado en la situación financiera de ese individuo, sus objetivos y su nivel de comodidad con el riesgo. Después de que se desarrolla el plan original, el administrador se reúne regularmente con los clientes para actualizar los objetivos, revisar y reequilibrar la cartera financiera, e investigar si se necesitan servicios adicionales, con el objetivo final de permanecer al servicio del cliente durante toda su vida.